sábado, 21 de enero de 2012

2. A propósito, soy Arnau



Desde el asiento del copiloto veo la solitaria carretera por la que no circula ningún otro vehiculo salvo nosotros. Los árboles están pelados, y la tierra cubierta de nieve, en la carretera se puede ver el dibujo que ha hecho la quitanieves, por supuesto, llevamos las cadenas puestas.
No quiero ir a la ciudad a vivir, esto es un asco, a Paul es al que mas echaré de menos… ni siquiera nos pudimos besar…
Todavía quedan dos semanas antes de empezar las clases, que hago? Aburrirme? No tengo a nadie con quien estar…
Mi móvil no suena, y las horas aquí dentro pasan lentísimas.
-Duerme un poco, estás cansada.- me recomienda mi padre.
-La verdad es que no lo estoy.
-Por favor Eloïse…
-Que?
-Que no te enfades, nos vamos por nuestro bien.
-Tu bien, dirás, no?
-Eloïse, no te enfades.
-Que no me enfade? Me lo has quitado todo, entiendes? Yo estaba bien allí podía haberme quedado con los abuelos, seria lo mejor, por nuestro bien.- miro a través de la ventana remarcando la ultima frase, mientras saco mi iPod del bolsillo de la chaqueta, me pongo los auriculares y escucho “The lemon tree”, y empiezo a susurrar:
-I’m sitting here in the boring room it’s just another rainy Sunday afternon.





















En la ciudad todas las plazas de aparcamiento están ocupadas, no queda ni un sitio, de verdad, esto no pasa ni en los cómics…
-En el pueblo esto no pasaría…
-No empieces Eloïse…

Conseguimos aparcar en un descampado y comenzamos a caminar, entre calles sin sentido, con antiestéticas fincas grises, y monótonos banquitos individuales, porque alguien querría sentarse solo? Mi padre se detiene frente a un portal negro en una calle de casas (no fincas), saca un manojo de llaves y comienza a probarlas.
-Parece que te las hayas encontrado tiradas en la calle.- le susurro con una media sonrisa.

Me devuelve la sonrisa, y al fin atina con la llave correspondiente. Al entrar, veo todo el suelo lleno de cajas de cartón por deshacer, para ser más concreta el suelo apenas se ve, tan solo se ven cajas, con un estampado rojo en el que pone dentro de un recuadro MUDANZAS LÓPEZ.
-Deja tus maletas por ahí, mas tarde las subiré a tu cuarto,- me lanza un manojo de llaves parecido al suyo- ve si quieres, a investigar el barrio, pero no vuelvas tarde, que ya son las diez menos cuarto y no tienes edad de pulular por ahí sola a estas horas, de acuerdo?
-Papa, ya tengo catorce años!
-Repito, de acuerdo?
-Si papa.- digo con resignación y suspirando.

Me pongo un vestido negro palabra de honor, con unos zapatos de dos centímetros y medio de tacón rojos, y cojo un bolso rígido, a juego con los zapatos, dentro del bolso meto, la cartera, el móvil y tampones, nunca se sabe. Me pongo una rebequita roja, me miro al espejo, me suelto el pelo y me maquillo un poco. Deambulo entre las calles. Apoyada en una farola hay una prostituta vestida de cuero y rejilla haciendo autostop, pobrecita, seguramente las drogas la han metido en eso… Dos calles mas arriba, veo pasar a un grupo de chicos, no se cual está mas borracho de todos…
-Necesitas ayuda nena?- se le ocurre preguntarme a uno de ellos.
-No, y menos si es tuya.

Me agarra por el brazo y me dice:
-Vamos no te pongas así, era una broma.
-De muy mal gusto, por cierto.- digo agitando el brazo para que me suelte.
-Dame tu teléfono al menos!!!- le oigo decir aunque ya me he alejado bastante.
-Vete a la mierda.- le grito sin ni si quiera girarme a mirarle.
Doy una vuelta a la manzana y vuelvo a mi nueva casa. Los chavales eran repugnantes… odio que los chicos me traten así, como si fuera una niñata estúpida… en el pueblo la gente no es así…
Estoy frente la puerta, rebusco en el bolso.
-No están, las llaves han desaparecido…- susurro.

Recorro el camino que he hecho antes, pero nada, ni rastro, vuelvo a casa observando atentamente el suelo, y pum! Choco contra algo y caigo al suelo, lo que faltaba, estamparme contra una farola, como si no hubiere hecho suficiente ridículo perdiendo las llaves, ahora me caigo… pero nada más caer, alguien me tiende la mano para que me levante, y no creo que las farolas tengan manos, alzo la vista y veo a un chico moreno, con los ojos verdes y pecas sobre los pómulos.
-Estas bien? Ha sido culpa mía, lo siento.
-Eh? Si estoy bien gracias.- digo agarrándome a su mano para levantarme.
-Es que estoy buscando a una chica, hace nada se le han caído las llaves del bolso, e iba a devolvérselas.
-Que coincidencia, a mi también se me han caído unas llaves.
-Pues supongo que serán tuyas.- dice sacándoselas del bolsillo y poniéndomelas en la mano.
-Si, gracias.
-Eres nueva por aquí?
-Si. Acabamos de llegar, pero no creo que nos quedemos mucho…
-Una lastima pensaba en que tal vez podríamos quedar para enseñarte el barrio y eso.- me ofrece con una irrechazable sonrisa- toma mi numero si cambias de idea.
-Gracias, vivo en el patio 21, por si tienes que recogerme algún día- digo devolviéndole la sonrisa.
-Entonces supongo que seremos vecinos, yo vivo en el 23!
-Gracias por todo,- digo alejándome.
-A propósito, soy Arnau, y estoy realmente encantado de que seas mi nueva vecina.

Sonrío aunque no pueda verme, y grito:
-Yo soy Eloïse, y también estoy realmente encantada!- y cierro de un portazo, me hace gracia, hemos conectado eh…

Subo las escaleras hasta mi cuarto, me tumbo en la cama, cierro los ojos y pensando en todo me duermo tranquila y profundamente.





El olor a huevos con beicon me despierta, me levanto y miro a mi alrededor, esta todo lleno de cajas de cartón, en una pared hay un espejo, me miro, el pelo desaliñado, el vestido… Es el de ayer!
Abro mi maleta, saco una camiseta gris y una chaqueta azul marino, unos vaqueros azules, una conjunto de ropa interior verde pistacho con garabatos en negro de snoopy, mis converse blancas y mi bolsa de aseo. Me pongo las pantuflas, salgo de mi habitación y voy abriendo puertas hasta que encuentro el baño.
-Esto es la bomba! Bañera con hidromasaje?!

Abro el grifo y dejo que la bañera se llene, mientras, me voy quitando el vestido, abro la bolsa de aseo y cojo el champú, el acondicionador y el gel, miro a ver si la bañera se ha llenado, pero aún le queda un pelín, me enjuago la boca con un poco de agua y flúor para quitarme el mal sabor de boca que tengo todas las mañanas, me quito el sujetador y las bragas, me miro al espejo, me siento insegura cuando estoy desnuda, me siento como si me faltara algo. La bañera ya está llena, me meto en el agua, y veo que en un borde de la bañera hay unas sales tropicales, las cojo y leo, “mango y frutas, para que se sienta como en el caribe”, genial, mi champú también es de mango, con mucho cuidado hecho un poco, lo intento mezclar con las pies y me tumbo apoyando la espalda en el chorro del hidromasaje, cierro los ojos y disfruto. Todo huele a mango, y noto la espuma alrededor de mi cuello, todo es tan relajante… hecho de menos a Paul, y a Claire, y a Marcos, y a Adele… Quito el tapón de la bañera poco a poco el agua disminuye, me agarro al borde de la bañera y me levanto, como si fuese una abuela, pequeñas gotas de agua, se deslizan entre mi cabello, bajando por mi espalda pasando por mi cadera, recorriendo delicadamente mi silueta hasta posarse el la alfombrilla de baño, me enrosco la toalla alrededor del cuerpo, esta me queda dos palmos por encima de la rodilla. Me cepillo el pelo y le quito un poco de humedad con un secador de un feo color grisáceo, me quito la toalla, esta, ya ha hecho su efecto y estoy seca, rebusco entre el montón de ropa que he cogido al azar el sujetador y las bragas, me los pongo sin mucho cuidado, me miro al espejo, estoy monísima, me encanta la figura que me hace este conjunto, a continuación me pongo los vaqueros azules, la camiseta gris, y me ato la chaqueta a la cadera, me vuelvo a poner las pantuflas y bajo a desayunar.
Sobre la mesa hay una bandeja un plato con un huevo y dos tiras de beicon, al lado de este hay un vaso de zumo de naranja natural recién exprimido y colado, me siento en la mesa y comienzo a desayunar, mi padre está en la cocina lavando los cubiertos y la vajilla.
-Que vas a hacer hoy Eloïse?- me pregunta.
-Había pensado en aburrirme, aburrirme y ah si aburrirme.-le digo con ironía.
-Pues si estás tan ocupada no querrás esto para nada, no?- me dice enseñando me un billete de cincuenta euros.
-No, parece que no lo voy a necesitar.
-Vamos Eloïse, no puedes pasarte la vida encerrada aquí dentro.
-Quieres comprobarlo?
-Venga Eloïse, cógelo,- deja el billete frente a mi- venga cielo, este bache lo tenemos que superar juntos.- me dice agarrándome por detrás de la cabeza y dándome un beso en la frente.
-Vale vale! Lo cojo pero suéltame ya!

Tal vez llame a Arnau, no parece mal chico, es simpático, además podemos ir al cine, y puedo invitar yo! Es muy majo y me dijo que si me aburría lo llamara, seguro que a Paul le caería bien, tiene algo que me lo recuerda… Cojo el teléfono inalámbrico que hay en la cocina y marco su número.
-Diga?
-Hola! Soy Eloïse, tu nueva vecina.
-Ey! Como estas? Has dormido bien en tu nueva casa?
-Si, he dormido de fabula, y la bañera es estupenda.
-Jajajaja, a que si? Bueno que querías?
-Verás, es que mi padre me ha dado un dinerillo extra, era por si te apetecía ir a comer por ahí, y luego ver una película chula en el cine.
-Estupendo! En cinco segundos estoy allí.
-Vale, hasta ahora!
-Adiós guapísima.

Cuelgo el teléfono, me ha llamado guapísima? No estoy muy segura… en fin… subo a coger el bolso y suena el timbre; meto a toda pastilla el móvil, el monedero, las llaves y la cámara de foto; bajo las escaleras a toda pastilla, y me voy. Son las dos menos veinte, no tengo mucha hambre, y me acompaña dar un paseo por un parque que hay cerca, compramos pipas y nos sentamos a comernos-las en un banco, paseamos hasta el Mc Donnalds. Me lleva a un cine muy moderno, con las paredes rojas y negras, hacen muchas películas, pero el título de una me llama la atención en especial, “Un amor no correspondido”, a Arnau le parece bien, compramos unas palomitas grandes para los dos y dos refrescos medianos.





La película, ha sido preciosa, trata de una chica que está enamorada del sustituto del profesor de sociales, un tal Richard Hit. A la salida nos confunden con una pareja y nos dan un descuento para el túnel del amor de la feria de navidad.

-Me lo he pasado muy bien…
-Yo también.-le contesto
-Por cierto, cuantos años tienes?
-14 y tu?
-15 este curso va a ser el último que haga en eso.
-Tercero es difícil?
-Mis padres dicen que es mas difícil que cuarto… Bueno, para mi primero y tercero son los dos cursos de eso mas difíciles.
-Joder… cuentos ánimos…
Nos miramos y nos reímos juntos, me acompaña hasta la puerta de casa, aunque en realidad no se quien está acompañando a quién.
-Me gustó que me llamaras…
-A mi me gustó llamarte.
-Pues cuando quieras lo repetimos,- le miro, está sonriendo, tiene la sonrisa preciosa- La semana que viene, hay una fiesta, si te quieres venir… un amigo cumple 16 años, y me ha dicho que puedo llevar a alguien.
-Esto seria como una cita?
-Mas bien como una segunda cita, hoy hemos tenido la primera, no lo olvides.- me guiña el ojo y se va- Te llamaré, y ponte guapa!
-Como guapa?! Es que así no voy bien?- le digo sarcásticamente.
-Así estás fabulosa, pero con un vestidito de fiesta, estarías fantamegafabulosa!

Sonrío entre la oscuridad, me he pasado el día entero con él, aunque no me arrepiento para nada, miro el reloj son las seis y media. Entro en casa, me pongo un pijama y espero a que mi padre me grite que la cena ya está hecha.

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