- ¿¿¿Marcos???
- Si, escucha…
- Marcos, ¿estás
borracho?
- Si.
- ¿Para qué me
has llamado?
- Para decirte
que eres gilipollas.
- ¡¿¡¿Perdón?¡?¡
- Todos estos
años… todos y cada uno de ellos he estado enamorado de ti, y mientras tanto tú
lloraba porque Paul y Neus se habían liado… ¡¡¡Él nunca te mereció!!!
- ¿A, no? ¿Y tú?
¿Tú sí? ¿Crees que tú sí?- digo seria aunque me falla la voz, esto que me ha
dicho me ha dejado totalmente desorientada, cuesta entenderle, pero eso que ha
dicho me ha llegado.
- Pues… ¿Qué
coño? ¡Pues claro que sí! Soy el único que te merece de verdad Elle. Tarde o
temprano te darás cuenta.
- Adiós Marcos.
- Si, ahora me
dices adiós, pero ya verás cómo…- no le quiero oír más así que cuelgo.
Tardo unos
minutos en asimilar todo lo que acababa de pasar, Marcos, mi mejor amigo, me
había dicho que me quería, que estaba enamorado de mi… no podía ser, estaba
borracho, seguramente me llamó por eso, pero no era su teléfono… que raro… no
sé, algo no me huele bien… Las palabras de Marcos me habían dejado bastante
sorprendida, se supone que era mi mejor amigo, y no creo que me dijera eso, no
al menos por propia voluntad… estoy haciendo una montaña de un grano de arena,
mañana le llamaré y lo solucionaré todo… Me tumbo en la cama y dejo que Morfeo
me secuestre…
El atolondrado
sonido del despertador me despierta bastante malhumorada, miro el reloj, ¡ya es
la una! ¿Cómo ha dejado mi padre que me quede dormida hasta tan tarde? Me
levanto de la cama, me pongo mis zapatillas de mono naranjas, y bajo a
desayunar, o a comer…
- ¡Hola papá!-
le digo con una pizca de malhumor.
- Buenos días
cielo.- me dice él con una sonrisita tonta.
- ¿Se puede
saber qué te pasa que estas tan contento?
- ¿No te
acuerdas? Esta noche cenamos con mi… amiga.
- Ya, amiga… se
me había olvidado por completo, la verdad.
- Pues sí, voy a
hacer pollo al horno con patatas al microondas.
- ¡Genial! Por
cierto ¿tu… amiga se llama…?
- Lisa.
- Lisa… genial.
- Bueno cielo,
voy a por el pollo, ahora vengo, ves duchándote, y si quieres salir con
alguien, no tardes mucho.
- Si, tu déjame
sola, sola y tirada.
- Venga Elle, no
dramatices, enseguida vengo.
- Mmmm, está
bien, pero no tardes, voy a la ducha.
Subo los escalones
sin cuidado, cojo una falda blanca, con dibujos de plumas a tonos grises y
marrones, una camiseta blanca con dibujos en negro y una rebeca negra.
Me ducho y me
intento relajar, esta noche Lisa viene a cenar, y no quiero cagarla. Cuando
salgo de la ducha me visto, la verdad es que es un conjunto muy bonito.
Bajo la escalera
descalza, mi padre ya ha llegado, nos sentamos en la mesa a comer, están
haciendo “los Simpsons”, una serie muy graciosa, aunque a él no le guste, hacen
un capitulo repetido, ese en el que Bart Simpson hereda todas la propiedades de
el Sr. Burns, me gusta, es gracioso.
- Bueno Elle…
- Ya decía yo
que esto era un poco raro, me estas dejando ver “los Simpsons” sin quejarte, y
has hecho patas al microondas, mis favoritas, ¿qué quieres?
- Bueno, quería
pedirte un favor…
- A ver… ¿de qué
se trata esta vez?
- Es un simple
favorcillo, estoy seguro de que podrás hacerlo…
- ¡Venga!
¡Suéltalo ya!
- ¿Podrías ser
amable cuando lleguen? Amabilísima, ¿por favor…?
- Un momento, un
momento, ¿cuándo lleguen? ¿no será cuando llegue?
- Bueno si,
cuando llegue Lisa, y cuando lleguen sus hijos.
Al oír eso me
atraganto con el agua.
- ¿¿¿Hijos??? No
me dijiste nada de hijos.
- No me
preguntaste.
- Pero lo
supuse, supuse que no tendría al NO decirme nada.
- Bueno, ¿qué
más da? Eso es solo un detalle tonto…
- Siiii,
claaaaro, un detalle con patas, pelo, ojos etc.- silencio incomodo- ¿Cuántos
son?
- Tres…
- ¿Tres? Vale…
no pasa nada…- intento calmarme pero no puedo, una ducha de veinte minutos no
te relaja tanto, para eso necesitaría otra ducha, pero de dos horas.
- Seguro que
no…-le corto.
- Seguro.- e
intento sonreir.
- Vale,-
corresponde mi sonrisa- Even, Edward y Dilan.
Los ojos se me
salen de las orbitas, ¿¡¿Tres chicos?!? Puedo soportar a uno, tal vez a dos en
mi casa, pero ¿tres? Eso es pasarse… Antes de recoger la mesa i subir a mi
cuarto le sonrío a mi padre una vez más, subo a mi cuarto y me tumbo encima de
la cama con música relajante hasta que me duermo.
Se oye un golpe
fuerte en el piso de abajo, y voces, parece que no era una pesadilla, es real,
ahora mismo hay tres chicos en mi casa, con su madre, me pongo el vestido
blanco que me había preparado esta mañana:
y oigo como mi padre me llama:
- Elle, cariño,
baja a presentarte.
Bajo con los
brazos cruzados, y para mi sorpresa veo a dos chicos y a una chica. Ella es
morena, con el pelo larguito, y los ojos azules, muy guapa, llevaba unos
pantalones cortos, una camiseta de tirantes blanca con un collar de piedras, y
unos shorts.
El chico mas
mayor también era moreno, con los ojos verdes y el pelo tirando a rizado,
llevaba una chaqueta gris oscura de cuero y una camiseta gris, con unos
vaqueros.
Y el más pequeño
de los tres se parecía a su hermano mayor, tenía el pelo tirando a rizado y los
ojos marrones llevaba una chaqueta negra, y una camiseta blanca.
Puuf, Cada vez me gusta mas esta historia, a ver para cuando el siguiente
ResponderEliminarun beso :)
Gracias, lo subiré en cuanto pueda Maria, es que tuve un accidente de trafico hace unos días y aún me estoy recuperando, pero gracias, en serio, los comentarios me animan muchísimo ^^ gracias
Eliminar